La violencia en la vida escolar
Desde hace ya unos cuantos años, se habla de un fenómeno del que apenas se decía nada hace 30 años: la violencia escolar. Existen episodios vinculados a la vida escolar y protagonizados generalmente por alumnos, bien hacia sus compañeras y compañeros, bien hacia el profesorado, bien hacia las instalaciones o materiales escolares.
Existen manifestaciones de la violencia en la escuela como pueden ser los gestos, un golpe, un insulto, hacer oídos sordos, menospreciar, amenazar, ridiculizar, marginar… en una palabra: excluir; todo esto son manifestaciones de la violencia en la escuela que afectan a cada niño y a cada niña: a su cuerpo, a su forma de entender el mundo, a su sexualidad, a la visión que tienen de sí, a su dignidad.
Creemos que hay una necesidad de trabajar con los niños desde que son pequeños los conflictos que suelen aparecer en el contexto escolar y tienen su origen en él. Aunque también hay muchos que provienen de fuera de la escuela y que los alumnos y alumnas los llevan a ella.
La risoterapia en si misma, ayuda a las personas a abrirse después de un taller, dónde se trabaja la integración de todos sus participantes, se puede hacer reflexión, además, junto a los tutores, de todas éstas manifestaciones mencionadas ya que en la escuela conviven alumnos entre los que hay una gran disparidad; diversidad de procedencias, culturas, situación económica, social y personal… Hay que sumar, además, la propia de un espacio social, como es el caso de los institutos, dónde conviven diferentes generaciones: personas adultas, niños, niñas de 12 años y jóvenes de 16-17 años.
La escuela se caracteriza por la heterogeneidad de quienes la habitan
Un espacio en el que se hace más necesario que nunca cuidar las relaciones con el fin de que las diferencias sean una riqueza, una ocasión para el intercambio y el aprendizaje mutuo. Los talleres de risoterapia cohesionan a los grupos que participan en ellos y es muy beneficiosa si se realiza de forma regular.
Si la estructura escolar no tienen en cuenta esta diversidad no facilita que las personas que componen la comunidad educativa tengan los recursos y las mediaciones necesarias para expresar sus expectativas, sus sentimientos o sus necesidades.
Una de las expresiones de esta diversidad, son las diferentes expectativas y objetivos que las alumnas y los alumnos tienen con respecto a la escuela
A menudo, surgen conflictos originados por el sentimiento de alumnas/os que no se sienten aceptados y tenidos en cuenta en la escuela y se convierten en «conflictivos». A su vez, estos conflictivos se complican por el sentimiento de impotencia del profesorado, que no dispone de los recursos necesarios para atenderles. Estos conflictos, si no se prevén y si no se tratan, se convierten en violencia en distintos grados y distintas formas, a toda la comunidad escolar: alumnos, profesorado, familias…
A todo ello hay que sumarle la violencia que sufren las mujeres por el simple hecho de serlo, las nuevas maneras que tienen los jóvenes de relacionarse a través de las aplicaciones móviles, la libertad sexual o el feminismo mal entendido, bajo nuestro punto de vista.
Trabajar todo ello a través de talleres también específicos con los chicos es de suma importancia porque cada día hay noticias de mujeres que mueren a manos de sus maridos o novios. Da la sensación cómo de no avanzar nunca en el tiempo en la igualdad de derechos ya que se está trabajando en este tema desde que en 1975 las Naciones Unidas reparara en la gravedad de la violencia contra las mujeres y que, en 1980, este mismo organismo reconociera explícitamente que la ejercida en el entorno familiar es el crimen encubierto más frecuente en el mundo.
A todo esto, se le suma la homofobia, la transfobia y la violencia que sufren las personas que viven su sexualidad de esta forma. Otra lucha constante, que parece no acabar, ya que recientemente se ha condenado popularmente el crimen a Samuel Luiz, el último caso de violencia contra éste colectivo.
Hay una necesidad emergente de tratar sobre éstos temas en las escuelas, con los niños desde bien pequeños, en los institutos y los talleres de risoterapia pueden ayudar con los adolescentes y ciclo medio y superior de primaria.
Nosotros haríamos una asignatura troncal en las escuelas, pero parece ser que de momento, quizá podríamos empezar ofreciendo talleres cuidadosamente planificados para cambiar la mentalidad de las personas del futuro: los niños y los jóvenes de hoy.
Prevenir la violencia en los colegios e institutos
El sentido común y la experiencia indican que, cuanto más en cuenta se tenga en la institución escolar la convivencia y el bienestar de quienes la componen, más impensable será la violencia. Si se analizan las situaciones de violencia en la escuela y en la vida social en general, uno puede llegar fácilmente a la conclusión de que podrían haberse evitado teniendo en cuenta las necesidades, los sentimientos, los deseos y las expectativas de las personas que protagonizan esa situación. Y esto solo puede hacerse a través de la escucha, la comunicación y el diálogo, es decir, mediante la relación que utliliza la palabra como mediación (y no la fuerza) y que tiene como fin el intercambio (y no la imposición)
Temas que se pueden tratar en los colegios e institutos
- saber reconocer la violencia cuando se da
- partir de las diferencias
- una concepción del espacio escolar como lugar de relación y de intercambio
- una concepción de la enseñanza y el aprendizaje basada en el desarrollo integral
- las redes sociales: cómo nos mostramos al exterior, cómo se muestran los demás, diferenciar lo real del postureo.
- las redes sociales como herramienta de interacción social y sexual
Las redes sociales, que muchos profesores de instituto no saben ni que existen, pueden generar mucha violencia tanto en hombres como en mujeres. Solamente hay que instalarse una y observar o lo mejor, hablar con los jóvenes. El que los chicos y chicas se abran con un adulto, solo se puede dar con una persona externa y de mentalidad muy abierta que trate de no juzgarlos ni imponer su autoridad, sino de hacerles ver otras maneras de relacionarse más positivas. La risoterapia es eficaz a este respecto. Los talleres para niños y jóvenes son imprescindibles para crear una sociedad más tolerante, dónde los conflictos se resuelvan a través del diálogo.
Parece difícil, pero nos gustan los retos 😉